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Pehuen, el árbol sagrado de los mapuches

El pehuen o araucaria es un árbol endémico de la Patagonia | Foto: Mate & Colibrí

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Retrato de un árbol nativo

El pehuen – llamado Araucaria en castellano – sería como un anciano habitante desde siempre de la cordillera patagónica. Es un viejo tranquilo, le gusta tomarse su tiempo: crece de a penas unos centímetros al año y tarda unos 25 años para dar sus primeras semillas. Por eso es muy longevo. Llega facilmente a los cien años o más, algunos alcanzan incluso los mil años.

No le gusta alejarse mucho de los demás, sus semillas son dispersadas principalmente por la explosión de su fruto que cae al suelo. Por eso su distribución es restringida: se lo encuentra por la provincia de Neuquén, en Argentina y en el centro sur de Chile. Hoy día hay que cuidar mucho este abuelito porque está amenazado de desaparecer. Tiene un primo por el Noreste del país en la provincia de Misiones llamado pino Paraná o Curý (Araucaria angustifolia).

El pehuen es inseparable de la tierra y de su gente. En castellano el nombre araucaria proviene de la palabra araucano, usada por los conquistadores españoles para designar al pueblo mapuche, originario de esta región. Entre este mismo pueblo, los habitantes de la zona donde crece el araucaria se denominan los pehuenche o sea  «gente del pehuen» en mapudungun, tomando el nombre de este planta esencial para la cultura y la economia de las comunidades. Uno de los grandes regalos del pehuen al ser humano es su semilla. El piñon o nguillú en mapudungun, de gran valor nutricional, sirve como alimento. Al molerlo se obtiene una harina, base para numerosos platos, y se elabora una bebida fermentada, la chifá.

 

El árbol sagrado de los Mapuches

El pehuén es protagonista de uno de los mitos fundadores de la cultura mapuche. Cuenta que hace mucho, mucho tiempo hubo un invierno larguísimo. La nevada era tan intensa que no se encontraban alimentos y el pueblo mapuche se moría de hambre. Desesperados, se reunieron varias familias y decidieron mandar unos jóvenes en busca de ayuda. Uno de estos muchachos después de varios días de caminata se encontró en la cordillera con un anciano. El hombre se indicó las semillas de los pehuenes, y lo instruyó sobre las formas de prepararlas para poderlas consumir. Después desapareció entre la nieve. El joven retornó a su aldea y contó lo que el viejo le había enseñado. Sin dudas, aquel anciano era un enviado de Nguenechen*. Se pusieron a buscar todos los piñones que pudieron encontrar, los prepararon y pudieron comer. Luego hicieron un Nguillatun*, una gran rogativa para agradecer al Dios de haberles salvado la vida.

* Nguenechen = principal deidad en la cosmogonia mapuche
*Nguillatun = rogativa

 

Mi encuentro con el pehuen

Este verano salí a recorrer la ruta del Pehuen, entre Aluminé, Moquehue y Villa Pehuenia por la provincia de Neuquén. A las orillas del lago Ñorquinco, conocí a Jorge, miembro de la comunidad pehuenche y encargado de recibir a los visitantes del Parque Nacional Lanín. Jorge me compartió su conocimiento acerca de la araucaria y contestó con paciencia a mis preguntas. Me explicó por ejemplo que el pehuen es una conífera, por lo tanto existen plantas sólo «macho» y plantas sólo «hembra» Me enseñó a diferenciar los árboles con conos masculinos y los con conos femininos.

conos femeninos 

conos masculinos

 

 Cada año entre marzo y abril la comunidad realiza la cosecha de piñones.  La primera semilla que se recoleta se planta en la tierra en signo de agradecimiento y pensando en las futuras generaciones. Hoy día Jorge y sus vecinos se alimentan de los árboles que sus antepasados cuidaron para ellos.  Quien siembra un pehuen no está asegurado de verlo dar frutos pero permite que sus nietos o sus bisnietos puedan subsisitir. Los nguillú, los piñones, se encuentran dentro del cono femenino (foto al lado). Luego se pueden conservar sumergidos en agua del río e incluso se mantienen intactos bajo la nieve. Jorge me explicó que la comunidad vive en un fragil equilibrio para preservar la naturaleza de la que depende. Los miembros de la comunidad y la administración del Parque Nacional trabajan juntos desde la interculturalidad Llevan a cabo una política de preservación de los recursos, respetando los usos tradicionales del pueblo mapuche y cumpliendo también con los objetivos de conservación del parque. La cosecha de piñones por ejemplo está reglamentada, se necesita autorización para hacerlo.

Nos despedimos a la sombra de un pehuen de varios metros de altura. Jorge me comentó que debe ser varias veces centenario.  Me emociona pensar que esta silueta extraña, que parece tan fágil a primera vista, fue testigo del paso de tantas vidas humanas… Adentrarse en un bosque de araucaria es contactar con el recuerdo silencioso de los siglos pasados.

 

Su documento de identidad

NOMBRE CIENTIFÍCO:
Araucaria Araucana

NOMBRES COMUNES:
Pino Araucano, pino Araucaria, pino patagónico,pino de brazos, Pehuén (mapudungun)

DONDE ENCONTRARLO:
Bosques patagónicos- en una zona muy restringida del Noroeste de la cordillera argentina y en el Centro Sur de Chile.
La ruta del Pehuen, en la Provincia de Neuquen propone un recorrido entre Villa Pehuenia, Moquehue y Aluminé, que incluye una parte del Parque Nacional Lanin

ESTADO DE CONSERVACIÓN:
En peligro
DISTINCCIÓN:
Figura en el escudo de la procincia de Neuquén
Monumento natural desde 1976 en Chile

 

Bibliografía

Agradecimiento especial a Jorge de Ñorquinco que contestó a mis preguntas con mucha paciencia y pedagogia.

Diccionario folkllórico de la flora y de la fauna de América, Félix Coluccio, Biblioteca de Cultura Popular, Ed. del Sol
Relatos y romanceadas mapuches, Compliación de César Fernández, Biblioteca de Cultura Popular, Ed. del Sol
Curso Leyendas de la flora y la Fauna argentina. Escuela Argentina de Naturalistas, Fundación Aves Argentinas

 

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