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Por qué es imposible perderse por Buenos Aires

La 9 de Julio, la avenida que más me impresionó en Buenos Aires | Foto: José María Pérez Núnez

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Me pierdo cuando pregunto mi camino

Marzo 2014
Recién pregunté a una señora donde se encuentra la parada del colectivo 71 pero no entendí muy bien su respuesta. Estoy en Buenos Aires por primera vez  y Fran, mi anfitrión, me entregó su tarjeta SUBE diciéndome : » ya verás no es complicado, si estás acostumbrada a la ciudades europeas, no te podés perder por Buenos Aires.»

Ya no estoy tan segura de eso después de la conversación con esta señora. «Está en Olazabal y Triunvirato» me contestó con un gesto de la mano hacia delante. «Olazabal y Triunvirato» me repite otro señor a quién pregunto por 2º vez. No sé lo que es «Olazabal», y entiendo la palabra «Triunvirato» pero no sé a que viene en eso. el señor se percata de mi cara de desesperación e  intenta explicarmelo de otra manera. «Es allá, donde está el Kentucky, viste?» El Kentucky? Otra mirada perdida… «El Kentucky, la pizzería…»  Mientras espero el colectivo, pienso que  no es una cuestión de idioma, lo que necesito es una transcripción de las referencias de la gente. Sigo preguntándome lo que es Olazabal y  cuál es su relación con la pizzeria…

Para mí, a las calles argentinas les faltan mucha poesia. Son los mismos nombres que siempre se repiten una y otra vez.

 

 

El secreto de las calles de Buenos Aires

Marzo 2018
«Córdoba? está a 3 cuadras a la izquierda.» Acabo de pronunciar yo estas palabras. Cuatro años más tarde, le indico a mi amiga Lorena, porteña de toda la vida, por donde tiene que ir para alcanzar su colectivo. En todos estos años, me acostumbré a la jerga argentina para manejarse por la ciudad.

Primero entendí que en el día a día los porteños omiten la palabra «calle» o » avenida » y que se ubican en función de los cruces de las calles que incluso son puntos de referencia. Cuando dice «voy a Córdoba» un porteño no se remite a la ciudad del centro de su país, aún menos a la del Sur de España. Él se refiere a la avenida Córdoba, y hace lo mismo con todas la arterias que llevan nombre de provincias: Corrientes, Santa fé, Tucuman… Esto lo entendí cuando la primera vez que tramité mi DNI. Me dijeron que  tenía que ir a buscarlo en Jujuy, y casí me asusté pensando en las horas de viaje que me esperaban. Los nombres de las calles también recuerdan personajes históricos. Y mucho veces entre ellos, se encuentra un vasco, y el vasco siempre es una palabra difícil de recordar: de ahí el famoso Olazabal, o Andonaegui, Echeverria, Gurruchaga, Belaustegui etc..

 

En el día a día los porteños omiten la palabra «calle» o » avenida » y que se ubican en función de los cruces de las calles.

 

Pasear por la capital es viajar por el tiempo en medio de la historia nacional. Son los mismos nombres que siempre se repiten una y otra vez, de una ciudad a otra, incluso si son vecinas. Para mí, a las calles argentinas les faltan mucha poesia. En Francia, si bien todas las ciudades tienen su bulevar Jean Jaures o su Plaza Carnot, la toponimía, heredada de siglos de historia, no es la misma en cada agglomeración. Por ejemplo por mi pueblo, se pueden encontrar con una calle » de las tres caras «, » de la brecha «, » de los tejedores «. La primera hace referencia a una escultura antigua de una fachada, la segunda a una abertura que hicieron en las antiguas murallas del pueblo y la tercera a la gente que ejercía este oficio por este barrio.

Como conseguí manejarme sola

» Pero ¿ llegaste sóla? ¿Conocías el barrio? ¿No te costó encontrar? «

Quién no conoce el laberinto de las ciudades europeas no puede entender hasta que punto es fácil ubicarse por Buenos Aires. Precisamente, en Europa el entramado es el resultado de los diferentes modificaciones hechas a lo largo de los años, mientras en Argentina es fruto de una planificación previa y suele ser totalmente cuadricular. Descubrí primero lo maravilloso que son las cuadras. Un cuadra = 100 metros, una cuadra = 100 números. Ya conocía la vereda par y la vereda impar, pero es una maravilla que el nº55 esté necesariamente en frente del nº 58 ! Luego entendí que la cuadra es la medida por excelencia. En un contexto muy rural, el porteño no deja de pensar la distancia en cuadras, incluso cuando no las hay. «Pero ¿cómo hacen en Francia?» me preguntan. No me acuerdo como hacía antes. Creo que nunca le dí mucha importancia a los números de calle: resulta más fácil ubicarse con edificios de los alrededores. Precisamente, el encanto de la vida en Europa es poder perderse por el entramado medieval de callejuelas sinuosas.

 

En un contexto muy rural, el porteño no deja de pensar la distancia en «cuadras», incluso cuando no las hay.

 

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